Actualmente, aunque los derechos reconocidos en la Declaración y en otras Convenciones y Tratados internacionales forman parte del acervo jurídico y político de la mayoría de las Naciones, los derechos humanos están en más riesgo que nunca, pese a que, en virtud de la ratificación de dichos convenios internacionales, los gobiernos, que están al servicio de los ciudadanos, deben respetar, defender y promover dichos derechos en su trato con los ciudadanos.

Pese a ello, no se puede obviar la existencia de una vulneración repetida y sistemática de los derechos humanos más fundamentales en todo el mundo, vulneración que se ha agravado en el año 2020 debido a la situación provocada por la pandemia del COVID19. La gestión de la pandemia por parte de muchos gobiernos ha provocado la restricción poco fundamentada de ciertos derechos en aras del control sanitario.

Derechos tan básicos como el de libre circulación, el derecho a la intimidad o el propio derecho a la salud, se han visto vulnerados a la vez que se han hecho más evidentes las desigualdades económicas y se ha agravado la vulnerabilidad de los colectivos más frágiles como las personas ancianas o discapacitadas. Por otra parte, el azote de la pandemia ha generado una crisis económica sin precedentes en toda la historia contemporánea, poniendo en riesgo como nunca los derechos y creando una grave crisis en la práctica del multilateralismo y la cooperación entre Estados.  

La falta de previsión y el escepticismo por parte de algunos gobiernos para afrontar la crisis, les ha obligado a primar la seguridad general sanitaria frente a los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, evidenciando y agravando las desigualdades sociales y por extensión, entre países con medios para afrontar la pandemia con otros que no los tienen, lo que ha provocado una gravísima crisis de los Derechos Humanos.

Por otra parte, las personas que huyen de sus países debido a los conflictos bélicos o a la falta de medios económicos y buscan refugio y asilo en otro país están viendo agravada su situación por la pandemia del COVID19 y sus efectos sanitarios y de contagio.

Este año 2020 es un año trágico en el que el COVID19 ha puesto en riesgo las relaciones sociales y la manera de interactuar los humanos, provocando una crisis de Derechos Humanos inédita y jamás conocida. 

Por eso en este retroceso de protección de los Derechos Humanos en 2020 de manera global, es cuando más hay que transmitir un mensaje de recuperación y de reconstrucción en base a los valores inspiradores en 1948 por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por ello  desde la Comisión de Justicia Penal Internacional y Derechos Humanos del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona denunciamos toda vulneración de los Derechos Humanos en el mundo y pedimos a los Estados que mediante hechos, retomen los compromisos adquiridos como miembros de las Naciones Unidas y que a través de la ratificación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos marquen límites a las restricciones y a las vulneraciones de derechos que se están llevando a cabo en nombre de la crisis sanitaria derivada de la pandemia del COVID19.

El 10 de diciembre es un día para rememorar la vigencia de los derechos humanos y el deber de los Estados de respetarlos en toda circunstancia, y es con este espíritu que debemos celebrar el Día Internacional de los Derechos Humanos, reafirmando nuestra vocación de seguir incidiendo en la esfera pública y sin cesar en la reivindicación para alcanzar el respeto universal de todos los derechos humanos en cada rincón del planeta.

Barcelona,10 de diciembre de 2020